
Un cristianismo indignado para fortalecer la democracia
Escrito por Violeta Cetino
Este 21 de agosto, el Sector Interreligioso Centinelas por la dignificación del Estado realizó el foro “Espiritualidad, ciudadanía y democracia” con el objetivo de reflexionar sobre las posibilidades, desde la fe cristiana, para la defensa de la democracia e identificar las acciones para llegar al buen vivir. En la jornada de conferencias y panel foro, participaron líderes y lideresas religiosas y espirituales de diferentes expresiones de fe y culturas, así como una asistencia diversa y numerosa.
Laura Yax es misionera dominica del Rosario, originaria de Totonicapán. A sus nueve años, recordó, llegó a la capital junto a sus padres y demás familia para ocupar una vivienda improvisada en la línea del tren, en la avenida Atanasio Tzul, en la zona 8 capitalina.
Al asentarse en la ciudad, ella se convirtió en estudiante del colegio Nueva Vida, una institución educativa gratuita que brinda formación, inicialmente, a las infancias que vivían en este sector en condiciones de pobreza.
Con los años, a través de los últimos proyectos de vivienda ofrecidos por el desaparecido Banco de la Vivienda (Banvi) a finales de los años 90, Laura y su familia tuvieron acceso a una casa digna, en la zona 6, ante el desalojo del asentamiento que la vio crecer. Pero su corazón quedó cautivado por las enseñanzas que adquirió en el colegio, a cargo de las misioneras, de las que hoy, convertida en una mujer adulta, forma parte.
Un Jesús al lado de las personas marginalizadas es el Cristo que ella conoció y el ejemplo de un maestro humano que hoy traslada hacia las infancias que estudian actualmente en el colegio Nueva Vida. En su mayoría, alrededor de 250 estudiantes, son hijos e hijas de trabajadores y trabajadoras del mercado La Terminal, en la zona 4.
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Laura moderó el panel foro “Desafíos que enfrenta la iglesia en Guatemala para el ejercicio de un cristianismo indignado”, actividad promovida por el Sector Interreligioso Centinelas por la dignificación del Estado, dentro de una jornada de actividades bajo el nombre “Espiritualidad, Ciudadanía y Democracia”.
La diversidad dentro del diálogo interreligioso para construir democracia
La conferencia inaugural estuvo dirigida por el teólogo Juan José Tamayo, figura clave de la Teología de la Liberación, de la teología feminista y del diálogo intercultural.
Su ponencia se centró en la diversidad como un derecho al que regímenes totalitaristas no le conceden lugar. Sin embargo, planteó que la diversidad está inscrita en el cosmos, que es una característica de la realidad y que en ella se basa la perfección del universo.
Existe diversidad en todo: hay diversidad lingüística, religiosa, étnica, ecológica, etc., lo que ofrece un gran potencial creativo de lo que carece el pensamiento único, defendido por el cristianismo más conservador.
De acuerdo con Tamayo, existen varios terrenos donde se aprecia la identidad, como el de las religiones y la espiritualidad, que son las distintas maneras como el ser humano ha intentado responder sus cuestiones sobre el origen del mundo y el lugar que tiene en el universo y que las múltiples respuestas se dan desde diversos contextos sociales y culturales.
Una de las amenazas contra la diversidad es la globalización, indicó Tamayo, pues uniforma lo que es naturalmente plural. Un ejemplo de amenaza son los fundamentalismos religiosos, como los principios teológicos ultraortodoxos que hablan de un pueblo elegido y una tierra prometida para emprender el genocidio contra el pueblo palestino, por lo que el teólogo se refirió al fundamentalismo religioso como “uno de los fenómenos más peligrosos de la humanidad”.
En su propuesta, Tamayo habló sobre la importancia del diálogo, definiéndolo como un imperativo ético, un método para la búsqueda de la verdad y el camino para la resolución pacífica de los conflictos. “El diálogo intercultural requiere una alianza: la lucha contra la pobreza y contra las desigualdades y la lucha en favor de la justicia”, puntualizó.
✊🏾 Juan José Tamayo: “El diálogo intercultural requiere una alianza: la lucha contra la pobreza y contra las...
Posted by Ruda on Thursday, August 21, 2025
Una conversación a tres voces
En el foro “Aportes del diálogo interreligioso a la construcción de la democracia en la historia de Guatemala”, participaron Lorenza Laynes, contadora del tiempo originaria de Uspantán, Quiché; el teólogo Santiago Otero y Lautaro Palacios, miembro activo de la fe Bahá’i.
La intervención de Lorenza se basó en la importancia de hablar de los elementos de la naturaleza, los colores y su relación con la madre tierra. Estas expresiones de fe no siempre han sido aceptadas por los Estados, por lo que aseguró que “en aras de la democracia los pueblos han sacado a la luz toda su vivencia espiritual, pero sabemos que a lo largo de la historia esa vida espiritual de los pueblos no había sido sacada a la vida pública, sino hasta ahora que tenemos una vida en democracia”.
Aseguró que la vida de la espiritualidad maya aún es criticada y estigmatizada, pero que, si el Estado reconoce al pueblo maya como sujeto de derecho, debe reconocer su vida espiritual.
🌷Lorenza Laynes, contadora del tiempo originaria de Uspantán, #Quiché, participó en el panel foro “Aportes del diálogo interreligioso a la construcción de la democracia en la historia de Guatemala”, parte del programa del foro “Espiritualidad, Ciudadanía y Democracia”, promovido por el Sector Interreligioso Centinelas por la Dignificación del Estado.En su ponencia, Lorenza hizo énfasis en la importancia del reconocimiento de la espiritualidad maya por parte del Estado para constituir una verdadera democracia. #LasQueLuchan ✊🏾📸 Violeta Cetino
Posted by Ruda on Thursday, August 21, 2025
Por su lado, Otero refirió que los diálogos interreligiosos no siempre fueron posibles. “Muchas veces fuimos iglesia del silencio, huyendo de las acciones opresoras, la persecución y el asesinato”, refiriéndose a los años de la dictadura militar en Guatemala, durante el conflicto armado interno que duró 36 años.
Además, indicó que se debe de construir pueblo con la dimensión debida, asumir el compromiso de fraternizar con el que está a la puerta de a lado, con el prójimo y afirmó que Dios no puede aceptar el genocidio, el tráfico de personas ni las guerras.
Lautaro, miembro de una comunidad compuesta por más de 2 mil Bahá’is en Guatemala, manifestó que el reconocimiento a las diferentes religiones forma parte de un sistema, que todas las religiones provienen de una sola fuente. “La diversidad es la riqueza del universo, es donde todas las culturas nos combinamos en un arcoíris para dar belleza a este mundo”.
Explicó, además, que el alma racional no tiene género, raza, clase y que la base de los prejuicios que nos alejan los unos a los otros son superados con procesos educativos, lo que ayudará a la sociedad a distinguir lo verdadero de lo falso.
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Un Jesús indignado
Juan José Tamayo en la conferencia “Cristianismo indignado”, explicó que Jesús fue un hombre indignado, que durante su actividad pública estuvo en permanente conflicto con el régimen establecido, que la indignación constituyó la acción fundamental en su vida y caracterizó su forma de vivir.
Para Tamayo, la indignación y la resistencia fueron las actitudes que guiaron la vida de Jesús y las prácticas que lo llevaron a su trágico final.
El teórico de la Liberación identificó seis momentos de la indignación de Jesús. La primera fue con la religión oficial, porque esta era dogmática y legalista, por lo que él propuso una crítica humanista, que buscaba la liberación de las esclavitudes que someten al ser humano.
La segunda, con las autoridades religiosas porque estas vivían entre la realidad y la apariencia, imponían cargas legales que ellos mismos no cumplían; y la tercera, con el poder económico porque veía la acumulación de bienes como una incompatibilidad de servir a Dios. “Toda riqueza es injusta: la riqueza se convierte en un medio de dominación y explotación con las minorías populares”, apuntó Tamayo.
La cuarta indignación de Jesús fue con el poder político. Enfrentó a los poderosos acusándolos de traidores. Su muerte fue ejecutada por la autoridad romana, como consecuencia lógica de su desafío al poder político.
Además, en su quinta indignación, el teólogo aseguró que Jesús estaba indignado con el patriarcado. ¿Puede un hombre repudiar a una mujer? Para Jesús, no. Y esta afirmación se basa en el evangelio de Juan, quien narra que Jesús les dijo a los acusadores de una mujer adúltera a quien una multitud buscaba lapidar, “El que esté libre de pecado que tire la primera piedra”. También, Tamayo afirmó que el comienzo de Jesús fue un grupo de mujeres libres y liberadas del patriarcado.
Y la última indignación: con Dios un dios autoritario. Él se fió de un Dios de la esperanza.
Para finalizar, el conferencista hizo referencia a dos dirigentes cristianos indignados de nuestros tiempos: Monseñor Juan Arnulfo Romero, en El Salvador y Juan José Gerardi, en Guatemala. Y como figuras cristianas indignadas a Mariann Edgar Budde, la obispa que incomodó a Donald Trump al pedirle que tenga clemencia con los migrantes y las personas LGBTIQ+; Berta Cáceres, activista medioambientalista hondureña que vivió un martirio al ser asesinada; entre otras.
❤️🔥 Un Jesús indignado con el patriarcadoEn el foro promovido por el Centinelas por la Dignificación del Estado, el teólogo Juan José Tamayo explicó durante la conferencia “Cristianismo indignado” que, si bien Jesús no ordenó a las mujeres para el sacerdocio, tampoco a los hombres. 📹 Violeta Cetino
Posted by Ruda on Thursday, August 21, 2025
Los desafíos de la iglesia en el ejercicio de un cristianismo indignado
El panel foro dirigido por Laura Yax fue el último intercambio de experiencias desde la interreligiosidad. En este participaron la reverenda Karen Castillo, pastora luterana; la reverenda Nelly Miranda, presbítera episcopal y el padre Omar Carrera, presbítero católico.
Castillo mencionó que un cristianismo indignado no se basa en el odio, ni en la división de las comunidades, o gritar por gritar, sino que “es la indignación de Jesús, movida por el amor”. La reverenda recordó la indignación de Jesús cuando vio el templo convertido en un mercado, o cuando las y los niños fueron alejados de su presencia. Indignarse, según dijo, no es odiar, “indignarse es amar tanto la vida que no soportamos verla pisoteada”, afirmó.
De acuerdo con lo expuesto con la reverenda Miranda, uno de los principales desafíos de las religiones en la actualidad es que no se ha sabido dar lectura a los signos de los tiempos. “Ha habido muchos cambios, pero estos aún no han entrado a la iglesia. Tenemos paradigmas bastante atrasados”, indicó.
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Agregó que las palabras diversidad, interculturalidad, interreligiosidad no son temas nuevos, pero que sí motivan a hacer el análisis de la realidad, pero que para muchos sectores de la iglesia siguen siendo ajenos.
Finalmente, el padre Carrera expresó su acuerdo con la expresión “cristianismo indignado”, a la que calificó como válida hoy más que nunca, en tiempos de injusticias. “La indignación mueve a Jesús a la compasión, hacia aquellos que sufren y padecen vejaciones”, y que fue así como dignificó a las personas, sanó almas y cuerpos, y lanzó la invitación a salir del “yo” para entrar al “nosotros”.
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La jornada del foro culminó con un momento de silencio, de inhalaciones profundas para agradecer la vida, la unidad y la reflexión, y con la entrega de una vela y un clavel, conformando una cadena humana, en la que cada participante exclamaba un mensaje de esperanza y de compromiso por la construcción de un reino de Dios aquí en la tierra.ƒ
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Violeta Cetino
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