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Cada año, el 8 de marzo nos brinda la oportunidad de conmemorar la lucha histórica de las mujeres, pero no podemos pasar por alto el contexto político y social que ha impactado profundamente a Guatemala en el último año. Aún en tiempos de crisis política durante el proceso electoral por la judicialización, la persecución y criminalización, las mujeres han demostrado una vez más su valentía y su compromiso con la lucha por la igualdad y la justicia.
El acceso al aborto legal y seguro debería ser un derecho humano de las mujeres, las niñas y las personas gestantes. Negar el aborto pone de manifiesto la discriminación, así como la violación a otros derechos humanos.
El 2023 es y será definitivamente un año que ya quedó inscrito en la historia del país. En medio de un turbulento camino luego de una trágica pandemia y un mundo en guerra, Guatemala sostiene su propia lucha contra la posibilidad de una dictadura y un golpe de Estado en cámara lenta, que fue más evidente durante el proceso electoral, el más extenuante de su era democrática debido a la judicialización constante. Al momento de publicarse este texto, la resistencia pacífica de la población que se opone a ese golpe, ha sido sostenida por más de 30 días. Fue convocada principalmente por las autoridades indígenas y ancestrales de los pueblos indígenas y por sectores populares, quienes mantienen un paro nacional indefinido en resistencia pacífica, exigiendo la renuncia de golpistas y el respeto a la democracia, tras una serie de ataques al proceso electoral y a la decisión popular a través de acciones del Ministerio Público y de operadores en el Organismo Judicial.
El 2023 es y será definitivamente un año que ya quedó inscrito en la historia del país. En medio de un turbulento camino luego de una trágica pandemia y un mundo en guerra, Guatemala sostiene su propia lucha contra la posibilidad de una dictadura y un golpe de Estado en cámara lenta, que fue más evidente durante el proceso electoral, el más extenuante de su era democrática debido a la judicialización constante. Al momento de publicarse este texto, la resistencia pacífica de la población que se opone a ese golpe, ha sido sostenida por más de 30 días. Fue convocada principalmente por las autoridades indígenas y ancestrales de los pueblos indígenas y por sectores populares, quienes mantienen un paro nacional indefinido en resistencia pacífica, exigiendo la renuncia de golpistas y el respeto a la democracia, tras una serie de ataques al proceso electoral y a la decisión popular a través de acciones del Ministerio Público y de operadores en el Organismo Judicial