Trabajo sexual
El “Colectivo Alfa: Inclusivo quien lo lea” ha logrado consolidar a sus integrantes. Y aunque no ha sido fácil, hoy en día reparte insumos a personas que ejercen el trabajo sexual en las calles de la ciudad de México. Hacen campañas de detección de VIH, Sífilis y Hepatitis en universidades, tianguis, o parqués. Además, brindan consejería y acompañamiento.
“Somos mujeres que ejercemos el trabajo sexual, que tenemos autonomía y luchamos por ella”, dice Haydee Lainez Cabrera. Ella es una mujer salvadoreña de 53 años de edad y defensora de los derechos humanos. En entrevista con RUDA, cuenta sus vivencias y posturas frente a los feminismos y el trabajo sexual.
10:30 a.m., empieza mi recorrido por las calles del centro histórico de Guatemala, sobre la tercera avenida de zona 1, en una esquina de tantas, unas plataformas gigantes, transparentes y plateadas reflejan las luces de mi auto mientras sostienen un par de piernas largas con medias fluorescentes que transparentan los glúteos. 12:30 p.m., octava avenida; el corsé de lentejuela casi estrangula el par de generosos pechos dejando a la vista sus pezones perfectos. Once avenida y tercera calle, maquillaje caprichoso, cabellos desmedidos y llamativos, uñas largas y un cigarro acompaña su espera. Trece avenida, esquina de la primera calle, una pareja de mujeres se contonea mientras la otra discute precios con la ventanilla de un carro negro. La clientela lúgubre merodea el sector, pasan lentamente hasta dos veces para ver el “producto”; el negocio abrió, la contratación se hace rápidamente, la rubia entra al auto y se esfuman en la oscuridad.