Revolución
Guatemala vivió una primavera que no fue metáfora. Fue real, se llamó Revolución de Octubre de 1944, y no nació de promesas ni discursos: nació del hartazgo, de un pueblo cansado de la humillación, de mujeres y hombres que se lanzaron a las calles sabiendo que podían morir, pero también sabiendo que seguir callando era otra forma de estar muertos.
Este octubre se cumplieron ochenta años de la insurrección que abrió el camino a “los diez años de primavera en el país de la eterna tiranía”, como los definiera Luis Cardoza y Aragón. Para conmemorarlo, leeremos algunos fragmentos de publicaciones poco conocidas en la actualidad, y que en diversas épocas se refirieron a aquellos sucesos.
Después de más de 3 semanas de Paro Nacional Indefinido en Guatemala, hay muchos pensamientos que como guatemaltecas y guatemaltecos pueden venir a nuestra mente. Pero entre las cosas que más ha resonado en mi interior fue verlas muestras de solidaridad y valentía de cada persona que ha puesto su granito de arena para llevar este deseo de libertad y democracia a cada uno de los rincones de nuestro país. Ahora más que nunca me siento orgullosa de ser guatemalteca.
El 20 de octubre, miles de personas se unieron a marchas, manifestaciones y plantones en el país. Esto sucede en el aniversario número 79 de la Revolución de Octubre de 1944, cuando se cumplieron 19 días de Paro Nacional Indefinido convocado por autoridades indígenas y ancestrales del país. En la ciudad capital, las y los estudiantes de la Universidad de San Carlos de Guatemala (USAC) se sumaron y tomaron las calles.
La Revolución llegó a Guatemala un 20 de octubre de 1944: un movimiento ciudadano, junto a miembros de las fuerzas armadas, derrocó al presidente de facto Federico Ponce Vaides y puso fin a décadas de gobiernos dictatoriales. Se conformó la Junta Revolucionaria de Gobierno que convocó de inmediato a elecciones democráticas y con la llegada de Juan José Arévalo Bermejo a la presidencia, inició la Década primaveral en el país.