Mes del Orgullo
Por Olivier Jacques, Embajador de Canadá en Guatemala
Este sábado 22 de julio quedará marcado en la memoria colectiva como un día de gran significado para la población LGBTIQ+ en la ciudad capital, que después de dos años de no salir a las calles por la pandemia de COVID-19, nuevamente se hicieron sentir y escuchar. Pero además, quedará en el corazón de quienes asistieron por primera vez a la conmemoración, como un espacio seguro para ser y sentir.
“Tan distante de esta realidad ilegal de crímenes impunes, del goteo de maricas charqueados por la tinta roja de algún diario, expuestos en su palidez de castigo como reiteración de las puñaladas en el borde plateado de costilla apátrida. Cadáveres sobre cadáveres tejen nuestra historia en punto cruz lacre”Pedro Lemebel – Loco afán
10:30 a.m., empieza mi recorrido por las calles del centro histórico de Guatemala, sobre la tercera avenida de zona 1, en una esquina de tantas, unas plataformas gigantes, transparentes y plateadas reflejan las luces de mi auto mientras sostienen un par de piernas largas con medias fluorescentes que transparentan los glúteos. 12:30 p.m., octava avenida; el corsé de lentejuela casi estrangula el par de generosos pechos dejando a la vista sus pezones perfectos. Once avenida y tercera calle, maquillaje caprichoso, cabellos desmedidos y llamativos, uñas largas y un cigarro acompaña su espera. Trece avenida, esquina de la primera calle, una pareja de mujeres se contonea mientras la otra discute precios con la ventanilla de un carro negro. La clientela lúgubre merodea el sector, pasan lentamente hasta dos veces para ver el “producto”; el negocio abrió, la contratación se hace rápidamente, la rubia entra al auto y se esfuman en la oscuridad.