Dictadura

Fallecieron las madres de Plaza de Mayo, Enriqueta Maroni y Dolores de Rigoni

Desde la Agrupación H.I.J.O.S. confirmaron la noticia de la muerte de Enriqueta, cuyo testimonio quedó inmortalizado en el documental de la televisión holandesa durante el Mundial de 1978. “Madre de Juan Patricio y María Beatriz Maroni, militantes de Montoneros detenidos-desaparecidos por el terrorismo de Estado el 5 de abril de 1977. Integrante de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora. Abuela de nuestra compañera Paula. Bisabuela también. La empezamos a recordar hoy con la memoria que nos duele en esta despedida. A Enriqueta la tuvimos siempre cerca. Su voz, su lucha, su perseverancia, se nos hicieron parte. Su pañuelo blanco siempre estuvo con nuestra bandera. Con Paula. Con H.I.J.O.S.”, escribieron en su cuenta de Instagram.

Foto: Abuelas de Plaza de Mayo

Abuelas de Plaza de Mayo encuentran al nieto 140

Las Abuelas de Plaza de Mayo anunciaron este lunes la restitución del nieto 140, hijo de Graciela Alicia Romero y Raúl Eugenio Metz, quienes fueron secuestrados durante la última dictadura cívico militar. El hombre, que nació en cautiverio el 17 de abril de 1977 en el centro clandestino “La Escuelita” de Bahía Blanca, desconocía su verdadera identidad hasta ahora.

Fotografía: Mujer del Mediterraneo

Represión migratoria para feministas nicaraguenses  

El artículo 13 de la Declaración Universal de Derechos Humanos  establece el derecho a la libre circulación y a la libertad de movimiento al proclamar que “toda persona tiene derecho a circular libremente y a elegir su residencia en el territorio de un Estado” y que “toda persona tiene derecho a salir de cualquier país, incluso el propio, y a regresar a su país.”

Fotografía: Inti Ocón / The New York Times

Migración de mujeres nicaragüenses: la gran responsabilidad de las cuidadoras.

“Cuando mi madre se fue a Estados Unidos, yo tenía ocho años, mi hermanita tenía cuatro años y mi hermano tres años. Mi pensamiento nostálgico era... ¿cuándo la voy a volver a ver, le pasará algo, estará bien?…”, comenta María, una mujer nicaragüense que al contar su historia prefiere mantenerse anónima.