Comunidad LGTBIQ
_1195x563.png)
Analy Girón: “La memoria, el arte y la creatividad son herramientas de lucha contra la LGBTIQ+fobia”
Por Violeta Cetino
Por Ayito Alex Cabrera
Por Angie Ross
La donación de sangre es un acto de solidaridad y un regalo que puede salvar vidas. Sin embargo, en Honduras, una sombra de discriminación opacaeste acto, especialmente para la comunidad LGBTIQ+.
Cada 20 de noviembre, es el Día de la Memoria Trans se conmemora como un recordatorio de las luchas, desafíos y resistencia de la comunidad trans en todo el mundo. En Guatemala, este día también destaca diversas historias donde las personas trans se han enfrentado a obstáculos y violencias, pero también a procesos de organización, solidaridad y acompañamiento en la búsqueda de reconocimiento de sus derechos fundamentales.
La asociación Lambda y el Observatorio de Derechos Humanos y Violencias por Orientación Sexual e Identidad de Género presentó este lunes el informe El círculo del no problema, que arroja luz sobre las problemáticas que las personas LGTBIQ+ enfrentan en la sociedad guatemalteca.
“Este trágico suceso nos recuerda la urgente necesidad de proteger y brindar justicia a todas las personas, especialmente a aquellas más vulnerables debido a su expresión o identidad de género”. En lo que va del año se han registrado 21 muertes violentas de personas que forman parte de la comunidad LGBTIQ+ en Guatemala.
Dos binomios disputarán la dirección del Organismo Ejecutivo de Guatemala el próximo domingo 20 de agosto y aunque en menos de dos meses pudieron posicionarse como la mejor opción, el partido Unidad Nacional de la Esperanza y sectores conservadores eligieron difundir mensajes contra los derechos de las mujeres, la educación sexual y las personas de la diversidad LGBTIQ+.
Entre las peticiones que se hicieron en la marcha del orgullo LGBTIQ+ se destacó la demanda de igualdad, respeto por los derechos humanos y por la decisión de la población que acudió a las urnas a emitir su voto.
El primer Desfile del Orgullo LGBTIQ+ en Guatemala se realizó en 1997, para conmemorar a María Conchita, una trabajadora sexual asesinada en la zona 1 de la ciudad capital. A partir de entonces, colectivos y organizaciones defensoras de los derechos LGBTIQ+ han marchado para exigir sus derechos, combatir discursos violentos y la desinformación alrededor de la diversidad sexual, así como hacer memoria de quienes murieron a causa de crímenes de odio en el país.
Eran las 10 de la mañana del sábado 22 de julio. Los carros avanzaban lento por la avenida reforma, en la zona 9 de la ciudad capital y, entre el tráfico, se encontraban carrozas decoradas con los colores del arcoíris que intentaban llegar a la Plaza de la República en la zona 4, donde cientos de personas se reunían. La vigésimo primera edición del desfile del Orgullo LGBTIQ+ estaba por comenzar.
“Tan distante de esta realidad ilegal de crímenes impunes, del goteo de maricas charqueados por la tinta roja de algún diario, expuestos en su palidez de castigo como reiteración de las puñaladas en el borde plateado de costilla apátrida. Cadáveres sobre cadáveres tejen nuestra historia en punto cruz lacre”Pedro Lemebel – Loco afán
Angela Mariela Romero nació hace cuarenta años en Asunción Mita, Jutiapa. Durante su infancia, experimentó exclusión social y familiar por identificarse como una mujer trans. Por este motivo, a los doce años, emigró hacia la Ciudad de Guatemala. “La exclusión familiar es la primera que experimentamos. Nos vemos forzadas a terminar de criarnos en la calle”, señaló.
Renato Estrada, un hombre trans de 43 años e integrante del Colectivo El Trébol, fue asesinado ayer, 6 de septiembre. Lo atacaron en un bar ubicado en la Colonia Landívar. Su asesinato se suma a los de otras 19 personas LGBTIQ+ ocurridos durante el 2022.
De la población de la diversidad sexual, la violencia contra ellas, es menos visible. Así lo afirman lesbianas, activistas, abogadas, psicólogas y sociólogas. Se les oprime por ser mujeres y otra por no plegarse a la norma heterosexual.
Desde muy pequeña, Nataly supo que era una niña trans y así fue construyendo su identidad. A diferencia de los niños, ella prefería usar vestidos, jugar con muñecas y llevar el cabello largo. Pero eso no era aceptado en su familia, conservadora y religiosa. Así que la violencia y la discriminación la acompañaron siempre, incluso dentro de su propio hogar. Esas circunstancias la obligaron a marcharse de Santa Bárbara, su pueblo natal, y emprender un viaje para encontrar su libertad y su identidad.
Por: Dunia Orellana y Marianela Solórzano