
“Las redes familiares tradicionales han sufrido un proceso de desgaste y deterioro muy fuerte”
Escrito por Ruda
Pese a un escenario sombrío a nivel nacional e internacional, Casaús ve con esperanza el aprendizaje que nos dejaron los 106 días de Paro Nacional y la resistencia mostrada por los pueblos indígenas y autoridades ancestrales. “Es un antes y un después, la lucha por la hegemonía político-cultural ya la tienen los sectores alternos y los pueblos indígenas. Esa ya no se las va a arrebatar”, señala.
Por Lucy Chay
¿Cómo se siente por esa nominación y ese reconocimiento de la Filgua que en julio celebrará su XXII edición?
Primero me sentí sorprendida, después emocionada y después con una gran responsabilidad de tratar de hacer algo diferente.
Entonces pensé que un buen aporte para Filgua sería abrir debates en temas que yo trabajo o que he investigado, como el tema de memoria, que saben que aquí en la Fundación María y Antonio Goubaud tenemos todos los recorridos por la memoria y tenemos un debate fuerte sobre memoria histórica, memoria colectiva, memorias fraternas, etcétera. Sobre el tema de nación, qué es primero el Estado plural o plurinacional o la nación pluriétnica y pluricultural. Y después el tema de siempre, el del racismo.
Entonces me pareció que abrir un debate entre los intelectuales mayas, mestizos – ladinos y otros grupos de diversidad étnico-sexual era importante y ponerlo como una parte del homenaje.
Creo que Filgua nos abrió una oportunidad única y, en lo personal yo agradezco a Filgua el hecho de que haya dado un paso importante en seleccionar a alguien que no es una autora tradicional, no es una poetisa ni una escritora tradicional, sino que, de alguna forma con pensamiento crítico, un pensamiento alternativo y un pensamiento comprometido de denuncia y de propuestas.
En ese sentido, estoy agradablemente sorprendida de que Filgua haya abierto esa veta que, bueno, que también para ellos es un riesgo en un contexto tan difícil como el que tenemos.

El desgaste y deterioro de las élites
Habla del contexto difícil nacional e internacional. Su libro Guatemala: linaje y racismo (1992) tiene 33 años de haber sido publicado. En el mismo identifica a las redes familiares, estructuras que con los siglos han manteniendo ese poder para beneficiarse y que suben a la estructura del Estado cada vez que hay crisis y luego de arreglarla bajan para continuar con sus negocios. Nos muestra quiénes han mandado y cómo piensan, pero también nos identifica un racismo histórico estructural. ¿El planteamiento que hace en ese libro sigue igual? ¿Ha cambiado algo?
El tema de las redes familiares, así como el de las estructuras de larga duración, el tema del racismo como un factor histórico estructural lamentablemente no han cambiado lo que deberían de haber cambiado y lo que un país o una nación moderna y progresista debería de tener.
Prueba de ello es la resistencia tan brutal a un hecho democrático y de soberanía nacional como fue la elección de Bernardo Arévalo. No ha cambiado suficiente porque la oposición ha sido muy fuerte. Sin embargo, yo creo que sí que se han dado pasos importantes.
El bloque de poder, las redes familiares tradicionales, a mi juicio, han sufrido un proceso de desgaste de deterioro muy fuerte.
Y aunque hay grupúsculos de los que todos sabemos que han estado con el Pacto de Corruptos y con la oposición, creo que la gran mayoría de estas redes han entendido que o cambiaban o morían.
Esto es como el Gatopardo en Italia (novela escrita por Giuseppe Tomasi). En un momento determinado se hacen obsoletos. Entonces, no hay otra alternativa más que modificar, cambiar, transformarse o desaparecer.
En ese sentido, las redes familiares tradicionales se han visto enormemente debilitadas por el contexto internacional, fruto de la emergencia y fortaleza de los pueblos indígenas y de las autoridades ancestrales; fruto de la importancia del peso de las remesas de migrantes, pero también, fruto del narcotráfico que también ocupa un espacio económico importante.
Esas redes familiares tradicionales, si bien siguen siendo monopolios y siguen muy fuertes, ya no son la clase dominante, ahora tienen que compartir el poder con otros sectores.
En ese caso, compartir el espacio con el narcotráfico…
Compartir el espacio con el narcotráfico, los CIACS (Cuerpos Ilegales y Aparatos Clandestinos de Seguridad), con los sectores ilegales, sectores que son el Pactos de Corruptos, que no es narcotráfico, pero que sí se alimentan del aparato del Estado, del abuso y de la corrupción del aparato del Estado.
Lo que se ha producido es un fraccionamiento del poder, que hace que la estructura sea diferente. El hecho de que las antiguas redes o grupos, como el CACIF (Comité Coordinador de Asociaciones Agrícolas, Comerciales, Industriales y Financieras), tengan que compartir el poder con otros sectores los hace mucho más vulnerables. Yo diría que hay una crisis de hegemonía fuerte.
El reacomodo del grupo de poder y el Ministerio Público (MP) como un ente de servidumbre
Habla usted de los acontecimientos de 2023. Ahí se identifican dos momentos. Uno, cuando gana Bernardo Arévalo la primera vuelta, que fue una sorpresa. Y el otro es el Paro Nacional liderado por los pueblos indígenas y autoridades ancestrales que duró 106 días. ¿Estos acontecimientos provocaron algún cisma a estas redes familiares o algún cambio?
Yo escribí un artículo, de lo poco que escribo, en el sentido de que efectivamente no los vimos venir. Al menos muchísimas personas no vimos que iba a ganar (la agrupación Semilla). Era imposible saberlo porque ocupaba un octavo lugar.
Si no hubieran descartado a una serie de candidatos, entre ellos al MLP, a Roberto Arzú, y otras opciones, pues probablemente la votación no se hubiera inclinado hacia ellos. Además, la primera vuelta de las elecciones registró un dato clarísimo: el índice del voto en blanco (7 por ciento) y nulo (17 por ciento) sumaban el 24 por ciento.
Eso lo que planteaba es un desencanto y un rechazo al sistema cooptado. En ese sentido, la oligarquía o estas élites oligárquicas entraron divididas a la primera vuelta electoral entre el grupo de Giammattei, el de Sandra (Torres) y el otro (Zury Ríos). De alguna manera entraron en colisión, con lo cual no presentaron un frente único. Eso les debilitó enormemente.
Cuando se llega a la segunda vuelta, realmente fue una sorpresa tal que descolocó a todo el mundo. Todo gracias a ese voto joven – eso es importantísimo- que también fue un voto oculto, gracias a ese voto en blanco o nulo, y gracias al apoyo de los pueblos y de las comunidades indígenas. No los vimos venir.
En 2023 se vio muy bien a quiénes apoyaron estas élites tradicionales. Se ve quiénes apoyaron al MP con lo del fraude, ahí tenemos quienes fueron los apellidos a los que la embajada norteamericana les quitó la visa. Podemos ver prácticamente quiénes se opusieron frontalmente. Desde esa perspectiva, yo creo que fue una sorpresa enorme para esa élite de poder que nunca vio venir a los pueblos indígenas.
Y ahí siguen, no solo no vieron venir un gobierno democrático que hablaba que iba a luchar contra la corrupción, sino que no vieron venir la gran fuerza y organización de los pueblos indígenas, que muchos de ellos ni siquiera conocían. Muchas élites intelectuales ladinas no sabían ni siquiera quiénes eran los 48 Cantones o las autoridades ancestrales. Desde esa óptica, fue una sorpresa doble el triunfo de Bernardo y la gran fortaleza, organización y estrategia de las autoridades ancestrales.
En ese entonces, usted identificó dos grupos en esas redes familiares, uno que estaba dispuesto a darle tiempo al gobierno de Arévalo y otro que apoyaba la teoría del fraude electoral con apoyo del Ministerio Público para dar un golpe de Estado. Las acciones judiciales contra el gobierno de Arévalo siguen. ¿Continúan ambos grupos igual?
Yo considero que sí. Independientemente de que ahora ya no son tan visibles, porque al principio tuvieron una participación muy fuerte, no solo están ahí, sino que financian a esos grupos o a estas fundaciones.
Salió en esos días en la prensa un cuadro muy interesante de quiénes eran los financistas de todas estas redes. Creo que siguen financiando y siguen teniendo muchas reticencias hacia el gobierno de Arévalo. Ahí vemos las declaraciones que hizo un sector del empresariado guatemalteco con Nayib Bukele, en El Salvador. Si pudieran quitarse de encima este gobierno, estarían encantados.
De hecho, toda la gente que apoyó a Donald Trump confió en que iba a poder hacer un proceso de reversión autoritaria.
Dentro de poco publicaré un pequeño libro que es la ampliación al tema de las redes familiares de este proceso de oligarquización del poder. Se está dando un proceso de oligarquización de nuevos oligarcas o de nuevos sectores empresariales vinculados al blanqueo o al narcotráfico, vinculado también con cierto sector de las redes familiares tradicionales, no de todas las redes tradicionales, pero sí con aquellas que siguen apoyando un proceso de reversión autoritaria.
¿Sería una transformación de las estructuras de poder?
Sería una remodelación o un reacomodo del bloque de poder. Y en ese reacomodo, las redes familiares tradicionales de las que hablo en mi libro ya tienen que compartir el poder con otros sectores, lo cual les supone un reacomodo que muchas veces no es cómodo para ellas, pero que lo permiten.
También se está dando un reacomodo en un sector del empresariado modernizante, como los que conforman el CNE (Consejo Nacional Empresarial) o como Centrarse (Centro para la Acción de la Responsabilidad Social Empresarial), que son otros empresarios que se han dado cuenta que tienen que transformar la economía de este país y que no están presentando una apuesta.
Además, las élites le tenían una fe ciega al señor Trump. Pero se han dado cuenta de las barbaridades que está haciendo y de los impuestos y aranceles que también está aplicando para toda América Latina, incluso para islas donde solo hay pingüinos. Cuando se han dado cuenta de que esa política de desvalorización del dólar que no les está favoreciendo, porque obviamente todos sus capitales están en dólares, eso les hace estar en una situación de mucha incomodidad y mucho desconcierto.
Eso no quiere decir que las élites tradicionales estén apoyando al presidente Arévalo, pero creo que a ninguno de ellos le interesaría en estos momentos quitárselo de en medio, porque cualquier otra solución para ellos sería peor.

¿Podemos esperar entonces que las acciones contra Arévalo continúen durante todo su gobierno? ¿A quiénes les interesa mantener ese pulso o financiar esas acciones?
No me he puesto a investigar seriamente en ello, pero ¿quiénes podrían estar dispuestos a seguir financiando? Yo creo que todos aquellos sectores recalcitrantes que tienen intereses y que están involucrados o vinculados a temas de blanqueo, no necesariamente que estén vinculados con el narco, pero que tienen la cola machucada, vamos a ponerlo en términos de Sinibaldi o Aycinena.
Ciertos sectores ya están enormemente implicados y que están luchando con todas las fuerzas, apoyando económicamente al Ministerio Público.
Voy a decir que el MP tiene una política de lo que yo hoy le llamo los funcionarios de servidumbre. Tiene una política bastante autónoma, que obedece a cuestiones de carácter ideológico. Como, por ejemplo, estar contra el papa Francisco, ahora contra este el papa recién elegido (León XIV).
El MP obedece a tres tendencias de carácter religioso: los neopentecostales, los sectores más fuertes del neopentecostalismo, no los protestantes, ya que hay que diferenciar; ciertos sectores del catolicismo intransigente como el Opus Dei; y sectores de una nueva secta que se llama Lev Tahor, de los que acaban de detener a los líderes y que también les está apoyando este tipo de política del Pacto de Corruptos. Además de la gran lacra que son los diputados cuyos partidos están jugando un papel dramático.
La digna resistencia y un antes y un después
Sobre el Paro Nacional. Nadie se imaginaba que los pueblos indígenas y autoridades ancestrales iban a protestar por más 106 días, al menos muchos de los que no conocíamos su organización. En ese lapso de tiempo hubo momentos en los que se unieron algunas colonias y otros sectores a las protestas. ¿Esto cambió nuestra forma de vernos, de identificarnos? ¿Cambió algo en nosotros?
Yo creo que cambió sustancialmente. Soy una pesimista estructural con un país como el que tenemos. Tengo 77 años, y nunca creí que iba a ver esto. Yo ya, en serio, pienso que me puedo morir tranquila, porque lo que hemos visto en el Paro Nacional, esa organización que iba más allá de las autoridades ancestrales y de los pueblos indígenas. Aunque indudablemente fueron los protagonistas las autoridades ancestrales, la unión de otras colonias y zonas, la unión de la zona 14 y de la zona 10, que hicieron sus comunicados y sus manifestaciones es un antes y un después para este país.
Desde esa perspectiva cambió todo, casi todo. Es decir, la lucha por la hegemonía político-cultural ya la tienen los sectores alternos y los pueblos indígenas. Esa ya no se la van a arrebatar.
Los intelectuales orgánicos, en términos míos, ya será muy difícil quitárselos no tomar en cuenta a las capas intelectuales y políticas de ese movimiento. Pero lo más importante es que dieron una demostración de inteligencia, de madurez, de estrategia unida, de resistencia, de organización. Y yo creo que hizo que los sectores urbanos ladinos por primera vez vieran a los pueblos indígenas de una forma favorable.
Y eso no solo yo lo creo, sino que hemos pasado una encuesta muy amplia en todas las redes para ver qué pensaban los medios escritos y las plataformas digitales sobre el paro, de los 106 días. Monitoreamos el paro desde el principio, desde octubre, en cinco momentos determinados, hasta el final. Y el 90%, incluyendo medios como República, estaban a favor del paro.
No de los bloqueos, que distinguieron entre el momento de los bloqueos, que sí fueron un poco más críticos, y el paro. En general, hasta República, se mostró favorable. Y lo más importante no es que se ha mostrado favorable y con empatía hacia el movimiento, sino que lo más importante que yo creo fue que vieron por primera vez a los pueblos indígenas como lo que eran, como compañeros de viaje, como colegas y como personas que deberían de llevar la iniciativa, la estrategia.
No hubo casi ningún epíteto en contra de los 48 Cantones, eran todas alabanzas a las autoridades ancestrales. Y desapareció, entre comillas, en las redes, sobre todo en las plataformas digitales, desaparecieron los discursos de odio. Y desapareció el racismo como tal o el lenguaje racista.
¿En las redes sociales y en las publicaciones desapareció el lenguaje racista?
En todas las redes sociales. Tal vez no desaparecieron del todo, pero los epítetos, los tópicos, los insultos y las humillaciones, en 2019, eran de un 60 a 70 por ciento brutal. Pero a lo largo de los 106 días de resistencia, de resistencia digna, prácticamente llegó al 2 o al 0,5 por ciento.
Ahora, hay que preguntarse, ¿eso quiere decir que desapareció el racismo? No.
¿Pero eso quiere decir que ya no hubo discurso de odio? No
Hay que buscar una explicación de por qué se produjo. Entre otras muchas explicaciones, es que se produjo una empatía que no se había dado nunca. Y se produjo una simpatía, no solo una empatía con el movimiento, sino una simpatía y un reconocimiento de algo que debía ser obvio, y es la capacidad, la madurez, la inteligencia y el protagonismo de los pueblos indígenas y las autoridades ancestrales.
Usted repite esa frase, la digna resistencia o la resistencia digna. Esa frase se escuchó mucho durante el Paro Nacional, tanto que muchos grupos de estudiantes u otros que mantienen su lucha por la democracia han hecho suya esa frase. ¿Cómo podemos explicar que eso es más que una frase, es en realidad una forma de sobrevivencia, de resiliencia de los pueblos indígenas y ancestrales?
Los mecanismos colectivos de resistencia de los pueblos indígenas proceden desde la colonia. Yo estudié la resistencia durante todo el periodo colonial, por ejemplo, de los Kaqchikel. En mi estudio yo me centré en Suchitepéquez, Sololá, en toda la parte central de los Kaqchikel.
Y la resistencia de los Kaqchikel fue gloriosa. Ahora ya se empieza a conocer más la resistencia de la región sur y de los K’iche’. Pero es que hubo muchísimos más momentos y movimientos de resistencia a lo largo de la historia.
No es simplemente que ahora se haya mostrado esa resistencia. Es una resistencia colectiva, un mecanismo, como bien dice, de sobrevivencia, basado en su cultura, en sus identidades, en sus organizaciones comunales y comunitarias, en su gobierno comunal, en toda una estructura que les ha permitido, no solo sobrevivir y no solo resistir, sino avanzar. No se puede explicar cómo en este país con esas desigualdades tan profundas cómo los pueblos indígenas han seguido avanzando, no solo en lo político o en lo social o en lo cultural, sino que también en lo económico.
Por ejemplo, voy a un concierto de Sara Curruchich y veo el avance tan grande de los pueblos indígenas. Y este proceso es irreversible. No hay marcha atrás. Y eso a mí me tiene enormemente esperanzada.

En este estudio realizado señala que al menos en las redes sociales o en la forma de comportamiento, se redujo el lenguaje racista, pero no ha desaparecido. ¿Qué pasos hay que dar a partir de este momento para ir avanzando a una sociedad menos racista?
Como dicen en España, son consejos de vieja. O los tomas o los dejas. No es una predicción, simplemente es una percepción.
En primer lugar, el elemento que hemos descubierto es que si luchamos y resistimos juntos y tenemos un objetivo común, no hay quien nos pare.
Hemos demostrado al mundo, no solo a Guatemala, que, si se lucha unida y se lucha con una causa, y se une la ciudadanía común, si se unen los derechos comunes que tenemos como individuos con la ciudadanía colectiva de los pueblos, si hay un reconocimiento de que la diversidad es un elemento enriquecedor y positivo para nuestra construcción nacional, no hay quien nos pare.
Lo que he visto es un gran avance en la juventud mestizo-ladina. Por ejemplo, a mí siempre me han leído los mayas, lo cual estoy profundamente agradecida y las élites intelectuales, porque realmente nadie es profeta en su tierra, pero yo puedo decir que toda la vida me he sentido muy acompañada y muy reconocida.
Pero en este momento lo que veo es que hay un público nuevo, joven mestizo-ladino en las redes, que realmente empieza a leer muy joven, de 15 años, de 16. Y cuando les pregunto, ¿por qué me leen si soy tan aburrida? Es que los libros no son fáciles de leer.
Tienen un montón de notas y no sé qué chorradas. Y me leen porque dicen, no, es que usted no solo nos cuenta, no solo hace un diagnóstico, sino reflexiona, tiene un pensamiento crítico y reflexiona qué es lo que debemos de hacer en el futuro. Entonces, esa parte reflexiva, a lo mejor un académico normal no lo tiene, porque simplemente estudia la realidad.
Yo no pretendo transformar la realidad y acompañar los procesos de cambio, tanto de pueblos indígenas como de mujeres. Ese factor hace que mucha gente joven se plantee, bueno, es que nosotros tenemos también la obligación de asumir nuestra responsabilidad como mestizo-ladinos. Ese factor a mí me parece que es nuevo, muy nuevo.
Trump, las tierras raras y el regreso del racismo brutal
El tema de la migración de la que habló al principio, ¿la forma en que la administración Trump está tratando a los migrantes se puede tomar o definir como medidas racistas?
Profundamente racistas. Lo que pasa es que el racismo, publicaré un librito que me ha hecho mucha ilusión, me costó mucho, que es fruto de otro trabajo que había hecho en 2017, que se llamaba El Racismo no ha muerto. Ya en 2017 yo adelantaba, ¡cuidado!, estamos diciendo que el racismo ha muerto en Europa y no nos damos cuenta que hay una emergencia de todos estos movimientos, de todos estos partidos filofascistas o nazis, pero cuidado con el nombre, o de estos partidos de extrema derecha cuya focalización es contra el inmigrante.
Lo que ha pasado con el racismo, con esa capacidad de metamorfosis que tiene, es que ha pasado primero de un racismo biológico, por lo menos en Europa, a un racismo cultural.
Es que los árabes son inasimilables, es que los moros tienen otra cultura, es que los turcos… siempre se han focalizado en el inmigrante. Entonces todo el proceso racista y racialista de partidos que hoy en día están en el poder, o que son la segunda fuerza, como Le Pen (Francia), o como Milei en Argentina, en fin, todos estos procesos están de nuevo apoyados en un planteamiento racista-racialista, basado en la raza.
Lo único que se focaliza ahora es el inmigrante, el terrorista, el árabe, es decir, ahora estamos viéndolo con el caso de Irán, lo vimos anteriormente con el caso de Irak, que ahora el inmigrante se convierte en la focalización del enemigo público.
El inmigrante, casualmente mexicano, y casualmente lo escogen por el color de la piel, estamos viendo de nuevo un caso de racialismo o de racismo, no de supremacía blanca, porque no solo es una ideología de supremacía blanca, es racismo.
¿Por qué racismo?
Porque ahora otra vez el mundo, por el tema de los minerales raros, o minerales de la supervivencia, que necesitan de nuevo de la tierra y del mineral, volvemos al racismo del siglo XIX.
Es que estamos retornando otra vez a un racismo brutal. ¿Por qué? Porque tienes que asegurar la propiedad de esos minerales y la propiedad de una explotación de esos minerales como África, y la propiedad de todo un sistema de dominación que permita a las grandes oligarquías mundiales seguir gozando privilegios.
Y en este caso, los gobiernos de los paísesafectados no están haciendo nada…
Pero nadie está haciendo nada, ni la Unión Europea. Entonces, en ese libro que se llama El racismo no ha muerto, lo que digo es, en 2017 ya dijimos que había una subida, un recrudecimiento del racismo. Ahora en 2025 hay una toma de posesión, que se evidencia en todos los partidos que han llegado al poder.
Pero no se puede hablar de fascismo, se puede hablar de ideología racista, o ideología fascista. Pero cuidado con hablar de fascismo, porque después se revierte en nuestra contra.
Entonces, en ese sentido, podemos decir que son racistas, imperialistas, volvemos al más puro estilo imperialista del siglo XIX, América para los norteamericanos, la doctrina Monroe, racista, colonialista, basada en la supremacía de un grupo de millonarios, de un grupo de élite, de lo que llamo oligarquización, que le llaman los nuevos ricos, los nuevos millonarios, que son los que controlan las plataformas.
Yo nunca he tenido redes sociales y siempre las he despreciado, y me niego a entrar en ellas. Apenas tengo Facebook, cuando ya me ponen de muy mal humor y tengo que decir alguna barbaridad ingreso. Yo llamaría a hacer un boicot a los novelistas, a las redes sociales. A mí me parece que mientras no lo hagamos como usuarios, y mientras no se construyen otras redes donde haya un pensamiento más reflexivo, más crítico, donde realmente no te estén imponiendo una ideología, por ejemplo, en Twitter o X, yo no puedo estar en una red de un señor que hace el saludo nazi. Yo creo que nosotros como usuarios de las redes deberíamos hacer un boicot.
De lo contrario, mientras las sigamos utilizando, ellos nos van a seguir manipulando. Y nuestros hijos y nuestros nietos no van a tener la posibilidad de ver cuál es la historia real, sino la historia impuesta por la inteligencia artificial. Están totalmente ideologizados. Entonces, ¿a mí de qué me sirve que me describan lo que pasa si me está describiendo lo que ellos quieren que yo crea o que yo piense que pasa? ¡Cuidado!
Pese a los avances hay mucha población desencantada y harta. Los problemas sociales graves relacionados con la propiedad de la tierra y el subdesarrollo continúan, como si estuviéramos dando vueltas en un círculo todo el tiempo. ¿Qué respuesta les daría a esas personas que están desesperanzadas? ¿O decepcionadas?
Bueno, es lógico. Esperábamos todos mucho más de este gobierno, indudablemente. Esperábamos todos mucho más del partido Semilla. Esperábamos todos mucho más de que fueran capaces de hacer un cambio.
Es que no digo que no sean responsables de no hacerlo, pero los bloqueos y los obstáculos que se ha tenido eran superiores a los que se hubiera pensado.
Segundo, porque yo creo que tenemos una izquierda absolutamente obsoleta, que sigue en términos, entre comillas marxistas de “patria o muerte”. Esa izquierda obsoleta todo lo convierte en “es que debían de hacer, es que debían de haber cambiado, es que se debía de hacer”.
Ay, miren, por favor, en lugar de hablar de tanto negativo, con tanto pesimismo, luche. Haga cosas. Nosotros aquí, en esta fundación (Fundación María y Antonio Goubaud), hacemos lo que podemos.
Sabemos que no vamos a transformar el mundo, pero estamos haciendo los recorridos por la memoria. Diplomados sobre 1524, que fue un gran éxito, sobre los Acuerdos de Paz, sobre el Estado cooptado, que fue un seminario maravilloso que se hizo con Prensa Comunitaria, con Santiago Bastos y Rigoberto Quemé. Entonces, la cuestión es seguir avanzando.
Sí, quizá no hemos logrado lo que hubiéramos pensado, pero no sabíamos lo que iba a pasar. No sabíamos que las fuerzas oligárquicas o el Pacto de Corruptos era tan fuerte. No sabíamos y no pensamos nunca que una administración como la de Trump haría lo que está haciendo.
Porque no solo es Trump, sino que es un grupo muy fuerte que quiere imponer un nuevo modelo económico. Pues no, no olvidemos que Trump no es más que la cabeza de todo este movimiento. O sea, la correlación de fuerzas no puede ser más negativa, es espantosa. Aun así, hay que seguir luchando. Porque si no, nos comen.
Entonces, desde esa óptica, yo creo que esa desesperanza, esa decepción, ese cansancio, o ese ver solo lo negativo, no nos ayuda a nada. Estar criticando todo el día al gobierno, que es súper criticable, porque yo no lo estoy defendiendo.
Hay ciertas plataformas digitales y sectores que todo el día están hablando como el “Hola de la política”. Porque no sé qué, porque el congresista no sé qué.
Bueno, ¿y dónde están los pueblos indígenas? Porque no los invitan. En lugar de estar hablando entre ellos que abran el espacio, oigan otras voces, voces de mujeres y sobre todo de los pueblos indígenas que tienen tantos intelectuales, tantos, tantísimos, y tantas cosas que decir.
Si algo tenemos bueno en este país son intelectuales, académicos y activistas excepcionales.

Los peritajes sobre genocidio y mujeres Achi’
Ahora pasando al tema de justicia transicional. Usted participó como perito en el caso de genocidio contra Efraín Ríos Montt. En su libro Guatemala linaje y racismo habla de una corriente eugenésica. ¿Qué datos destacaron en su peritaje?
Bueno, vamos por partes. Al descubrir el profundo racismo manifiesto, racismo racialista, basado en la raza, existía un porcentaje muy alto de mejora de la raza, o pensamiento de que había que mejorar la raza, o pensamiento de que había que exterminar a los pueblos indígenas, entonces me pregunté ¿de dónde salen estos?
Empezamos a estudiar las élites intelectuales, para ver de dónde venía ese pensamiento tan profundamente racista y racialista, que era muy diferente al mexicano.
Porque los mexicanos optaron por un mestizaje, tratando de encontrar la fusión entre la cultura mexicana, otras culturas amerindias y la cultura española. Y entonces se inventaron la nación mestiza. Todas las naciones se inventaron. Y eso hizo que les funcionara muchos años, hasta que dejó de funcionar. Pero nosotros nunca creímos en la nación mestiza, siempre creímos en la nación ladina.
Pero lo que no nos dimos cuenta es que, además de la nación ladina, había un proyecto de nación blanca. En un país con el 80%, en ese momento, de pueblos indígenas ¿qué sentido tenía blanquear la nación? A eso le llamo eugenesia, porque lo que planteaba tanto Costa Rica, que tenía muy pocos indígenas, comparada a Guatemala, era blanquear la nación.
¿Cómo podías blanquear la nación? Si no era, o a través de la mejora de la raza, que se planteó claramente, traer “sementales para mejorar la raza”. El mismo Miguel Ángel Asturias lo plantea, toda la generación del 20, fue una generación profundamente racista y racialista. De ahí nos viene el sustrato del racismo.
Y de ahí nos viene el sustrato de que había que mejorar la raza y blanquear la nación. Esos mismos pensamientos y esos mismos pensadores fueron los que posteriormente, a través de las redes familiares y a través de los gobiernos, plantearon que blanquear la nación era el genocidio, o era la eugenesia. Para mejorar la raza, había que blanquear la nación.
Yo creo que eso fue un elemento determinante para que en Guatemala se produjera un genocidio basado en el racismo. En otros países de América Latina, como Perú, que también hubo una fuerte confrontación, o en El Salvador, pero ese factor no pesó. Pero aquí genocidio y racismo fueron dos caras de la moneda.
Y es por eso que yo entro a los peritajes a hablar de la correlación entre racismo y genocidio, en los cinco peritajes que me ha tocado, de alguna manera, informar.
¿Y cómo se tomaron los diferentes sectores el peritaje presentado por usted?
Mire, voy a decir una cosa que sí que es cierta. ¿Cómo se lo tomó quién? Es decir, ¿quién, ¿quién y cómo se lo tomaron?
Yo creo que la élite del poder no se lo habrá tomado nadie, no lo sé. O sea, yo tengo por costumbre desde hace muchos años, no leer las redes, me vienen sobrando.
Además, como tengo la ventaja de que vivo la mitad en España, y la mitad en Guatemala, y la mitad también en Estados Unidos, pues, entonces, no sé cómo se lo tomaron. Es decir, por ciertas publicaciones de la Fundación contra el Terrorismo y toda esta gente, pues mal, obviamente.
Pero yo creo que fue muy bien tomado. Por los jueces, por los fiscales, por la población en general, hubo una aceptación muy grande. Pero sobre todo porque se comprendió que el genocidio no era más que un fruto, era una consecuencia de un pensamiento racista, un pensamiento profundamente antidemocrático, autoritario y en contra de los pueblos indígenas.
Usted también trabajó en peritajes en el caso de las mujeres Achi’ y en el caso Sepur Zarco ¿Qué fue lo que encontró?
Presenté el peritaje de las mujeres de Sepur Zarco, pero en México porque no pude estar presente porque estaba enferma. Y después en el caso de las mujeres Achi’, que también estaba llamada, no recuerdo por qué no pude presentarlo. Lo que no sé es si se presentó sin que yo estuviera presente.
Íbamos a presentar un libro de peritajes ahora, para la feria, pero lamentablemente no pudo estar listo a tiempo. Pero en el peritaje del caso de las mujeres Achi’, que es el más terrible que yo he leído en mi vida, me enfermé, jamás había leído una cosa así, jamás había leído unos testimonios de esa magnitud.
Lo que pudimos demostrar tanto en el de las mujeres de Sepur Zarco como en el de las mujeres Achi’, es que había una protocolización de la violación pública y sistemática de las mujeres.
Pudimos demostrar que uno de los factores de intencionalidad del genocidio estaba fundamentada exclusivamente en la violación pública y sistemática de las mujeres, que no era un acto casual, no era que llegaran unos soldaditos y violaran. No, es que era un acto planificado desde el Estado.
Ese elemento hizo que, entre las condiciones de intencionalidad del genocidio que, para los judíos, en la Shoah (Holocausto) habían sido ocho, nosotros teníamos la novena, teníamos una más que el genocidio en contra de los judíos que era la violación pública y sistemática de las mujeres.
Porque eso no ocurrió en la Shoah, o sea, era tal la aversión que ni siquiera establecieron un sistema planificado desde el Estado de la violación.
Probablemente esté ocurriendo lo mismo en Gaza, donde están realmente arrasando contra toda la población palestina y gazatí, no están violando a las mujeres, pero sí están matando sistemática y horriblemente a niños y niñas.
Sin embargo, esa condición de intencionalidad a través de la violación pública y sistemática de las mujeres y con profundos actos de racismo y de insulto hacia ellas, porque se ve perfectamente en los testimonios, es un elemento que yo solo le he visto en los peritajes que he investigado, en Guatemala y en Yugoslavia.
Por eso es muy importante la condena que se da en los tribunales después de tantos años…
Importantísima. A mí en el caso de Sepur Zarco me pareció valiosísimo, pero era un caso de crímenes de lesa humanidad y por violación doméstica, pero a mí lo que más me ha esperanzado y realmente me ha llenado de emoción es la condena dada en el caso de las mujeres Achi’. Un caso que si no se hubiera sentenciado de esa manera sería una vergüenza para la humanidad y para las mujeres.
Lo que demuestra eso es no solo que la verdad y la justicia en algún momento llega, sino que las mujeres que defendieron ese juicio eran tres mujeres indígenas, Lucía Xiloj, Haydeé Valey y Jovita Tzul. Tres mujeres excepcionales, tres abogadas fuera de serie. ¿Quién se atreve con un juicio de esa naturaleza a ganar el juicio? Tres mujeres jóvenes.
Eso es lo que yo llamo avances, eso es lo que yo llamo esperanzas, eso es lo que yo llamo futuro.
¿Hemos avanzado algo en la reconciliación y en la reconstrucción del pasado, a pesar de que hay muchos casos que se mantienen en el limbo o están frenados en las Cortes?
Totalmente. Por ejemplo, el caso del juicio contra Lucas García (Benedicto Lucas García), que lo dejaron ahí. O el caso Creompaz es un caso increíble. O el del Diario Militar.
Ahora estamos todos esperando a ver qué pasa con las niñas del Hogar Seguro. Ya se tenía que haber dictaminado la sentencia.
Entonces a mí que un medio como Prensa Comunitaria haga este seguimiento, me parece fundamental. Es algo que no podemos dejar y no podemos olvidar. Y tenemos que seguir recordando a la población.
Un pueblo que olvida su pasado y que olvida su memoria histórica, es un pueblo que está abocado al fracaso.
La labor que ustedes hacen de mantener vivo un hecho lamentable de nuestra historia es importante.
Negociar las memorias, dialogar las memorias, no digo imponer memorias. No perder la memoria es fundamental.

Sus próximas publicaciones
Para concluir, ya nos adelantaba un poco sobre su próxima publicación ¿Cuál es su próximo libro?
Pues la verdad es que se han quedado cinco o seis libritos. Son chiquitos, porque el de peritajes, que era el que nos hubiera gustado sacar, no pudo salir a tiempo. Entonces se presentará el de Oligarquización, Reversión autoritaria o democracia, uno sobre La otra mirada sobre cómo los europeos veían a los amerindios en el siglo XIX y cómo se traslada todo ese positivismo racialista hacia América; también otro sobre historia intelectual, Las mujeres teósofas y cómo hicieron su lucha por reivindicar sus derechos y como la teosofía fue un elemento emancipador de las mujeres. También presentamos la vida de Antonio Goubaud; también como fundación presentaré cuales han sido mis aportes, mis deficiencias y las fuentes de inspiración que me permitieron llegar hasta donde he llegado, ese será gratis a todas las personas que asistan al homenaje. Se presenta el de Racismo no ha muerto y otro más histórico sobre Raza, nación y genocidio, que es de toda Centroamérica, sobre la eugenesia y porqué creímos que era necesario mejorar la raza.
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