
La masculinidad que nos venden también nos enferma
Escrito por Ruda
Junio fue el mes de la salud mental de los hombres. Sin embargo, la salud mental de los hombres sigue siendo un tema invisibilizado por la sociedad, satanizado por el patriarcado e ignorado por los mismos hombres. Y si eso pasa con los hombres cis, ¿qué tanto se habla de la salud mental de los hombres trans?
La respuesta es: nada. Nadie habla sobre la salud mental de los hombres trans.
Vivimos en un mundo donde ser hombre implica, todavía, callar, aguantar y demostrar fortaleza a toda costa. Pero para los hombres trans, esa presión se multiplica: además del estigma que enfrentan por su identidad, también lidian con mandatos de género que les exigen encajar en un molde de masculinidad hegemónica que no les representa y que muchas veces les daña.
La masculinidad machista —esa que valora el silencio emocional, la competencia y el dominio— no debe ser el modelo de masculinidad que persigamos. Es urgente renunciar a ese ideal tóxico porque ahí está la raíz de muchos de nuestros problemas: la ansiedad, la depresión, el miedo a mostrarnos vulnerables, la dificultad para pedir ayuda o construir relaciones sanas.
La salud mental de los hombres trans no puede seguir siendo un tema de segundo plano. Necesitamos espacios seguros para hablar, herramientas para sanar y referentes que nos recuerden que ser hombre también significa cuidarse, llorar, acompañarse y construir una masculinidad libre, diversa y empática.
No estamos solos, y no tenemos que parecernos al modelo que históricamente nos ha hecho daño. Sanar también es parte de nuestra transición.
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Ruda
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