
La conciencia de clase no es resentimiento, es abrir los ojos y dejar de tragar mierda con sonrisa
Escrito por Debbie Andrea Guzmán
A ver, empecemos por esto: la conciencia de clase no es un lujo ni una pose intelectual con frases extraídas de un libro de fantasía. Es darte cuenta del lugar que ocupás en este sistema y de cómo te lo han vendido para que no te quejés y te quedés callada ante el mundo actual.
No, no estás pobre porque no trabajás lo suficiente o no das la “milla extra”. No, no sos una fracasada por no tener un carro del año, una empresa propia o un cafecito
aesthetic con plantas colgando.
Y no, no es normal vivir cansada, con deudas y creyendo que con “buena vibra” vas a salir de ahí poniendo en riesgo, incluso, tu salud.
Todas esas ideas son las que te mete el sistema para que no te des cuenta de que hay gente haciéndose millonaria con tu esfuerzo, a tus costillas, mientras vos creésque algún día vas a llegar a serlo “si le echás ganas”.
Spoiler alert: el sistema está hecho para que no llegués.
Mientras vos soñás con salir adelante, los de arriba ya nacieron en la meta. Y no contentos con eso, te hacen sentir que si no llegás, es culpa tuya porque no te esforzaste lo suficiente, “porque vivís quejándote”.
Y cuando por fin cuestionás, cuando te enojás o alzás la voz, ahí vienen a decirte:
“Uy, qué resentida”, “Es envidia”, “Trabajá y dejá de quejarte”. Pero no es envidia, es conciencia.
Y tener conciencia de clase no es odiar a los ricos, es dejar de justificar sus privilegios a costa de nuestra vida, nuestro tiempo y nuestro esfuerzo.
No basta con decir “así funciona el mundo”, porque sí, funciona así, pero a expensas de nosotras, de la clase trabajadora, de la gente que madruga, que cría, que sostiene el país y a la que igual tratan como si fuera descartable, y que en cualquier momento convierten en reemplazable.
Pero es importante reconocer que el problema no es solo económico, es también emocional, social y político: nos enseñaron a competir entre pobres, a burlarnos de quien exige, y a idolatrar a quien nos explota con tal de no cuestionar el sistema que nos jode a todas.
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Debbie Andrea Guzmán
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