
“Inclusivo quien lo lea”: Hombres atendiendo a población vulnerable
Escrito por Ruda
Por: Bicky Ramírez
El “Colectivo Alfa: Inclusivo quien lo lea”, surge por iniciativa de Rogelio (mejor conocido como Roy) un hombre trabajador sexual de calle que durante el año 2020, pasaba por una mala racha económica y social.
En ese mismo año finalizaba la pandemia por COVID-19 y tras una iniciativa gubernamental, en las calles de la ciudad de México se pusieron en marcha “Comedores emergentes”, espacios que brindaban alimentos gratuitos a personas en condición de calle. Roy se acercó a estos comedores por necesidad, sin pensar que el trabajo de voluntariado en beneficio de la población vulnerable, le cambiaría la perspectiva de vida. Su interacción dentro del comedor con otras personas en su misma situación social, le llevó a observar que él no era el único que necesitaba apoyo.
Pese a que Roy atravesaba por una mala racha, ese sentimiento de hartazgo llevó a consolidar un proyecto que más tarde cobraría renombre entre asociaciones y colectivos enfocados en atención a población vulnerable dentro de la Ciudad de México.
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Por necesidad y de forma genuina, Roy comenzó a ejercer el trabajo sexual de calle desde los quince años. Hoy en día, a sus 48 años de edad, el tiempo y las condiciones adversas en las que se ha formado como trabajador sexual, le han llevado (desafortunadamente) ver a sus compañeros caer: algunos fallecieron por el consumo de drogas, por enfermedades de transmisión sexual o simplemente desaparecieron.
Roy sabía que podía hacer algo para ayudar a otrxs, pero necesitaba aliades; por ese motivo decidió formar un colectivo que tuviera como objetivo, ayudar a personas que ejercieran el trabajo sexual y población en situación calle, sobre todo hombres, en palabras de Roy: “(…) porque también los hombres la pasan mal y los hombres trabajadores sexuales siguen siendo una población invisibilizada”.
A lo largo de tres años, el “Colectivo Alfa: Inclusivo quien lo lea” ha logrado consolidar a sus integrantes: Jan, Lucía, Eunice y Ricardo, son quienes confiaron en la visión de Roy. Y aunque no ha sido fácil, hoy en día este colectivo reparte insumos a personas que ejercen el trabajo sexual en las calles de la ciudad, regalando condones y lubricantes. Hacen campañas de detección de VIH, Sífilis y Hepatitis en universidades, tianguis, o parqués. Brindan consejería y acompañamiento cuando alguna persona usuaria sale reactiva en las pruebas y participan en la sensibilización a servidores públicos, sobre todo en quienes laboran en áreas de atención ciudadana del gobierno.
Aunque el “Colectivo Alfa: Inclusivo quien lo lea” atiende a toda la población en general, su principal interacción es con hombres trabajadores sexuales, priorizando apoyos para la población de calle, quienes encarnan la desigualdad y el estigma social. Roy explica, desde su experiencia como población vulnerable y como activista que, los hombres trabajadores sexuales en la Ciudad de México, continúan siendo una población invisibilizada, son ellos quienes se excluyen y no se reconocen como personas trabajadoras sexuales y mucho menos, como personas violentadas.
“(...) y no se excluyen por desinterés, sino porque este trabajo continúa teniendo una carga social muy fuerte. Súmale indicadores como la diversidad sexual, orientación y preferencias sexuales. Todo lo que no sea heteronormativo aún se percibe como malo. Aún se habla de prostitución y no de trabajo sexual”.
Autoras como la antropóloga mexicana Martha Lamas, hacen una definición sobre el trabajo sexual y la prostitución. Estas dos categorías se diferencian en la voluntad: una persona trabajadora sexual decide ejercer el trabajo por decisión propia, en tanto que la persona “prostituta (o)”, es coaccionada por lenocinio o padrote, es decir, hay una persona intermediaria que se beneficia de otra persona. Instituciones gubernamentales de la Ciudad de México, como la Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación de la (COPRED) han contribuido a la dignificación de esta actividad, haciendo una definición e implementando un manual[1] para comprender la autonomía de las personas que se dedican a esta actividad:
“El trabajo sexual contempla diversas variantes y tipos de actividades, que se pueden ejercer en la vía pública, en algún establecimiento mercantil o inclusive vía internet. La diferencia entre el trabajo sexual y el delito de trata radica en la autonomía con la cual las personas deciden ejercer y ofrecer servicios sexuales y/o eróticos para obtener algún tipo de ingreso (…)”[2]
Las narrativas que buscan la dignificación del trabajo sexual han logrado significativos avances gracias al esfuerzo de grupos de activistas que se suman al trabajo de voluntariado, sobretodo población joven, estudiantes y académicos. El trabajo colectivo ha coadyuvado en la implementación de políticas locales que resignifican el trabajo sexual; una de estas fue poner un alto a los operativos policiales como las "razzias", redadas de hostigamiento hacia hombres y mujeres que ejercen el trabajo sexual en la calles y que eran detenidos por “faltas a la moral”.
Roy observó que, aunque las iniciativas avanzaban lento, estas estaban incidiendo en la cotidianidad pero solo de las mujeres: se les regalaban despensas, artículos de higiene, preservativos y recibían atención médica en materia de salud sexual, sin embargo no había participación de hombres. Esto permitió a Roy cuestionar la participación de sus colegas. Él sabía que había Interés en participar, pero la vergüenza aún se sobrepone:
“(…) si tú le preguntas a cualquier persona en la calle si saben qué es el trabajo sexual, automáticamente lo asocian con prostitución y una persona que se prostituye no es digna porque vende su cuerpo y eso está mal visto en la sociedad mexicana. Ahora imagínate un hombre que vende su cuerpo. Muchas personas te dicen ¿apoco no puedes hacer otra cosa, si eres hombre y eres fuerte? (…)”.
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A lo largo de tres años el “Colectivo Alfa: Inclusivo quien lo lea”, ha logrado la aplicación de 10 mil 500 pruebas de detección de VHI, Sífilis y Hepatitis B, en su mayoría a personas de la comunidad LGBTTT (Lésbico, Gay, Bisexual, Transexual, Transgénero, Travesti) en condiciones de vulnerabilidad. Y aunque no ha sido fácil, Roy reiteró que el colectivo seguirá apostando por una lucha interseccional que les brinde posicionarse como una asociación a favor de hombres en condiciones de vulnerabilidad; que les permita cubrir las demandas de la población/hombres en condición de calle, y que a la par surjan nuevos grupos de lucha que contribuyan a la dignificación del trabajo sexual.
“(…) nosotros no somos los únicos y tampoco podemos representar a toda la población. Trabajamos en su mayoría con hombres trabajadores de calle, pero no exclusivamente con ellos. Atendemos a una gran diversidad de población, sin embargo nuestra prioridad es la población de calle porque son quienes están más expuestos (…)”-concluyó.
[1] Véase más en: https://copred.cdmx.gob.mx/storage/app/media/ENCUESTA-Trabajo-Sexual-2021.pdf
[2] Véase más en: https://copred.cdmx.gob.mx/storage/app/media/ENCUESTA-Trabajo-Sexual-2021.pdf
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Ruda
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