En el Día Internacional de la Tierra
Mientras mujeres en mi situación no nos atrevamos a hablar con la verdad, seguirá habiendo hombres como Luis de Llano. Desde los 14 años quise creer que fui responsable de lo que pasó. Hoy comprendo que mi única responsabilidad fue guardar silencio.
“Quiero que más mujeres sientan esta compañía, esta fuerza para poder contar”, Lluvia* una sobreviviente de violencia contra la mujer
Lluvia*, es una joven que se ha atrevido a hablar sobre la violencia que atravesó por parte del músico guatemalteco Yecto, un varón que tiene denuncias de violencia contra la mujer en el Ministerio Público.
Hace un tiempo, antes de que la pandemia de la covid-19 frenara nuestras vidas, nos acercamos a Marina motivados por su fuerza y su belleza. En aquel momento ella entrenaba duro para garantizar su clasificación para las Olimpiadas de Tokio. Hoy, como muchos otros deportistas en el mundo, ella espera que el virus acabe para volver a su vida normal. Queremos compartir con las personas que siguen a Ruda el testimonio de nuestro encuentro con una de las mujeres más importantes en la joven historia de las pesas femeninas en Cuba.
Llegué a este espacio que se llama Bolivia hace 50 años, en un pequeño y remoto pueblo de no más de 40-50 familias. En mi amado San José de Uchupiamonas en la provincia Iturralde del departamento de La Paz, Bolivia.
Empecé haciendo teatro porque me hacía sentir libre. Me enamoré de este arte, empecé a formarme con talleres e investigué. Al principio no pensé que fuera a vivir de este arte, tampoco las personas de mi alrededor lo veían como algo rentable.
La cerveza es la tercera bebida más consumida del mundo, y su historia se remonta a más de 4,000 años atrás. Y en estos milenios la cerveza ha estado siempre estrechamente ligada a las mujeres, consumidoras pero sobre todo productoras durante al menos 3,500 de esos años. ¿Cómo surgió esta bebida? ¿Por qué las mujeres estaban a cargo? ¿Por qué se rompió el lazo entre mujeres y cerveza? Te contamos la historia completa.
Plantas que curan y alimentan la vida de las mujeres: nuestra relación con la naturaleza en la urbanidad
El sistema explotador, extractivista, capitalista y patriarcal en el que nos encontramos y rodea, nos ha obligado a concebir la naturaleza como aquella que nos sirve, de quien nos aprovechamos y a quien desde sus entrañas tomamos todo lo que le produce para nuestro beneficio sin dar nada a cambio. Esto también ocurre con nosotras las mujeres, lo cual se ha normalizado en los espacios privados desde el trabajo no remunerado, es decir, no pagado, por medio del cual se apropia del cuerpo-territorio de las mujeres, de sus esfuerzos para el beneficio del sistema. Esto se agudiza durante el confinamiento en la pandemia.
Isabel de los Ángeles Ruano, escritora, poeta, periodista y docente guatemalteca con más de cinco libros publicados y un Premio Nacional de Literatura otorgado en 2001, ha vivido por muchos años del comercio informal, vendiendo lapiceros y sus propios poemas en el centro histórico, sin embargo por el confinamiento necesario en el que se debe vivir en el país por la pandemia y su edad, no ha tenido mayores ingresos y ha quedado en el desamparo. Esta mañana el diputado Alberto Sánchez Guzmán de la Bancada Semilla, presentó una iniciativa para que el Estado le otorgue una pensión vitalicia a la escritora.
Llegué a este espacio que se llama Bolivia hace 50 años, en un pequeño y remoto pueblo de no más de 40-50 familias. En mi amado San José de Uchupiamonas en la provincia Iturralde del departamento de La Paz, Bolivia.
Aprendiendo a nombrarme ladina-mestiza me di cuenta que las memorias que hemos negado u olvidado de nuestras genealogías son aquellas que no nos han permitido sanar el peso de las historias que nos ha tocado reproducir. Eso significa que, en la recuperación de quienes somos ahora, las llamadas “mestizas” hemos iniciado caminos de auto-aprendizaje porque hemos descubierto que también nosotras podemos juntar pedazos y recuperar nuestros cuerpos. Se trata de irnos integrando en otra conciencia, en otra forma de vincularnos a la tierra, a la vida cotidiana, para salir de la anestesia de quienes hemos sido. Ahora los tiempos nos desafían de nuevas maneras. Es indispensable repensarnos desde el lugar de la interpelación de los lugares que hemos ocupado.