
Alaíde Foppa, la que abrió caminos de ventura a muchas, fue desaparecida hace 40 años
Escrito por Jovanna Garcia
Alaíde fue voluntaria como enfermera atendiendo a heridos y participó en campañas de alfabetización. En Guatemala también conoció a su esposo Alfonso Solorzano, con el que luego tuvo cinco hijos, Solorzano estudió derecho en Alemania y al momento de la revolución del 44 fue juzgado como militante de la izquierda radical. El hijo mayor de Alaíde, Julio Solorzano (adopta el apellido de Alfonso) es hijo de Juan José Arévalo, una relación nacida de una entrevista que ella le hace a él.
Alaíde vivió un exilio en México con su esposo después de que él fue juzgado, donde siempre trabajó por la igualdad de género y el respeto y dignificación a las mujeres, fue allí donde Alaíde comenzó a dedicar su vida y a enfocar sus múltiples conocimientos en el feminismo. A principios de los 70s Alaíde realiza un ejercicio discursivo en el que se va apropiando de su cuerpo, en México fundó la primera revista feminista FEM, de la cual aún se conserva un archivo en Universidad Nacional Autónoma de México -UNAM-, lugar donde trabajó como maestra en la Facultad de Filosofía y Letras, donde daba el curso de sociología y literatura italiana, y también daba el programa de radio “Foro de la mujer”. Alaíde utilizaba las herramientas que tuviese a la mano para hablar desde el feminismo y de mujeres. Lara de M. y Best L (2014)

La Fem en esos años, bajo la dirección colectiva de Alaíde Foppa, Marta Lamas, Carmen Lugo, Elena Poniatowska y Elena Urrutia, era una publicación trimestral de aproximadamente 100 páginas con poesía, arte, bibliografía feminista, memoria histórica feminista, periodismo feminista, y mucho más que ofrecer.
Alaíde escribió poemas y ensayos en los que manifestaba su inconformidad con la sociedad y gobierno machista y patriarcal. En México organizaba exposiciones de arte, convocaba foros y se involucraba en múltiples actividades con el propósito de producir arte en el feminismo. Promovía con valor a las artistas plásticas mexicanas para que ellas lograran sentirse realizadas profesionalmente y valoradas como mujeres y humanas.
Alaíde, regresa a Guatemala el 19 de diciembre de 1980 y ese día fue secuestrada junto a Leocadio Ajtún, su chofer, por agentes de seguridad del gobierno de Guatemala quienes luego fueron asesinados. Las dos hijas e hijo de Alaíde que aún sobreviven y sus 11 nietos, se sumaron a Rigoberta Menchú Tum para iniciar el juicio en la Audiencia Nacional de España; lo han hecho en Guatemala y ante la Comisión de Interamericana de Derechos Humanos, contra quien resulte responsable de la desaparición forzada de ellos. Hasta el momento no ha habido resultados ni justicia en este caso. Lara de M. y Best L (2014)
“Ella se siente a veces como cosa olvidada en el rincón oscuro de la casa como fruto devorado adentro por pájaros rapaces, como sombra sin rostro y sin peso. Su presencia es apenas vibración leve en el aire inmóvil. Siente que la traspasan las miradas y que se vuelve niebla entre los torpes brazos que intentan circundarla. Quisiera ser siquiera una naranja jugosa en la mano de un niño -no corteza vacía- una imagen que brilla en el espejo -no sombra que se esfuma- y una voz clara -no pesado silencio- alguna vez escuchada.” Foppa, A. (2000)
Fuentes:
Foppa, A. (2000) Ella Siente. Antología Poética. pp.26. Guatemala: Artemis-Edinter
Lara de M. y Best L (2014). Alaíde Foppa, la sin ventura. Coproducción México-Guatemala. (Película Documental) Recuperado de: https://youtu.be/Z2nalKmJF3Q
Participaron de esta nota
Jovanna Garcia
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