Paola Orellana
Paola Orellana
Creo en el poder sanador del movimiento. Es, para mí, el lugar con mayor riqueza alquímica para transmutar cualquier dolor. Cuando empecé en el arte empecé a moverme, y con este movimiento corporal se movieron mis mundos internos, se movió el dolor y no hubo otra que llorar y empezar a sanar. Fue mi empuje a trabajar lo que tenía escondido y negado, a ver lo que tanto evitaba ver. Ese clic corporal, encendió un fuego en mí, y una pasión que nunca había sentido; me sentí viva.