Niñas alzan la voz contra las uniones tempranas y forzadas
Escrito por Jasmín López
Las uniones de pareja, civiles o informales, en las que ambos o uno de sus integrantes es menor de 18 años es una práctica que persiste en Guatemala. La mayoría de estas relaciones se dan entre niñas y hombres adultos, quienes aprovechan los contextos vulnerables en los que viven las menores de edad. El 9 de octubre, jóvenes lideresas provenientes de Quiché, Jalapa y Alta Verapaz se reunieron en el conversatorio “Niñas libres de uniones forzadas”, en la ciudad de Guatemala, donde expusieron cuáles son las causas de este problema y cómo se puede combatir.
Por Jasmin López
Alrededor del mundo, 12 millones de niñas y adolescentes se casan cada año, estima el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef). En Guatemala, la cifra es desconocida. Desde que en el 2017 se aumentara a 18 años la edad para el matrimonio, las uniones forzadas no se detuvieron, pero se perdieron de los registros oficiales. En el marco del 11 de octubre -Día Internacional de la Niña- niñas lideresas llamaron a atender lo que constituye una de las formas más comunes y naturalizadas de violencia contra las mujeres: las uniones forzadas.
De acuerdo con una de las jóvenes participantes del conversatorio organizado por Plan International, la prohibición ha sido poco efectiva porque las costumbres y los roles de género tradicionales al respecto tienen mayor peso que las leyes. En muchas comunidades, explicó, “las niñas no tienen ningún valor”.
Estas ideas arraigadas, sumadas a la pobreza, la falta de acceso a la información -en educación sexual y derechos humanos-, fueron citadas por las niñas lideresas como causas fundamentales de las uniones tempranas y forzadas, que no fueron resueltas por la modificación legal que prohibió los matrimonios infantiles.

Estos son los hallazgos del estudio “Déjame ser una niña, no una esposa", de Plan International, realizado mediante entrevistas a 251 jóvenes que se casaron siendo menores de edad, provenientes de países en desarrollo. Foto: Jasmin López.
“En estas uniones, las niñas se ven expuestas a estar con parejas que les duplican o triplican la edad. En muchos de los casos pierden autonomía en temas importantes sobre su salud, por ejemplo, y son aisladas del sistema educativo”, explicó Claudia Say, asesora del Programa Generación con Decisión y Liderazgo de Plan International Guatemala.
El impacto que las uniones tempranas tienen para las menores de edad se refleja en la alta tasa de embarazos: de enero a agosto del 2025, 36 mil 126 adolescentes de 15 a 19 años dieron a luz en Guatemala, según las cifras registradas por el Observatorio en Derechos Sexuales y Reproductivos (Osar). Se documentaron también 1 mil 439 nacimientos en niñas de 10 a 14 años.
La doctora Mirna Montenegro, directora del Osar, informó que en el 2024 se reportaron dos muertes de niñas menores de 14 años, por causas relacionadas con el parto. Además de una mayor probabilidad de muerte materna, que es el riesgo más extremo que supone un embarazo temprano. Además la anemia, infecciones urinarias y de transmisión sexual, son otras consecuencias frecuentes que enfrentan las menores de edad.
“En los embarazos en niñas y adolescentes vemos la tríada de la pobreza, la violencia y la desnutrición”, explicó Montenegro. “Guatemala tiene un problema con la desnutrición crónica en niños menores de 5 años: uno de cada dos (la padece). Tenemos un estudio que afirma que hay una relación directa entre la desnutrición y el embarazo adolescente”, aseguró la experta.
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Las propuestas
Mientras en la mayoría de los departamentos las uniones tempranas son entre hombres adultos y niñas, en otros se dan entre menores de edad, señaló la doctora Montenegro. Las lideresas explican esta diferencia como un producto de necesidades distintas en cada situación, y de paradigmas culturales diferentes.
Además, las niñas panelistas resaltaron la importancia de generar alianzas con las autoridades comunitarias y de las instituciones públicas, como los centros de salud, para hacer llegar a las comunidades más alejadas la información y educación que permita a las niñas cuestionar los roles patriarcales impuestos, que identificaron como un patrón común en la mayoría de los casos.
La difusión por medio de las redes sociales es también una estrategia que las jóvenes recomiendan y que puede ser implementada por cualquier persona.
Otras de sus recomendaciones, basadas en sus observaciones y vivencias personales, son la creación de más espacios de participación, donde las niñas puedan expandir sus horizontes más allá del matrimonio y la maternidad; y, sobre todo, escucharlas.
“Es sumamente importante que cada una de las niñas, desde su vivencia propia, exprese cuáles son sus ideas y cuáles son sus opiniones, para poder erradicar ese problema que día con día nos afecta”, puntualizaron.
Participaron de esta nota
Jasmín López
Jazmín Lopez en su trabajo busca visibilizar las luchas de las mujeres. Fue lanzada en enero del 2020, tras dos años de un largo proceso de reflexión y creación que atravesó los caminos y cuerpos de sus fundadoras. Ahora es una media de comunicación feminista digital que hace periodismo e investigación desde la reflexión feminista cómo elementotransversal.
Queremos contar historias, romper con la victimización, aportar con nuevas y distintas narrativas, explorar distintos formatos, como una manera de dignificar la vida de las mujeres, desde el periodismo y la comunicación feminista.
Jasmín López
Pese a las reformas al Código Civil que prohíben el matrimonio infantil en Guatemala, al igual que otros países, miles de niñas siguen siendo violentadas en roles que no les corresponden. Sus testimonios cuentan experiencias diversas, pero tienen puntos en común que revelan por qué hombres adultos -en su mayoría- continúan entablando relaciones informales con mujeres menores de edad.